MOTIVO
Las personas suelen experimentar dificultades para desarrollar su inteligencia espiritual. Hay un gran prejuicio acerca de que una persona sea emocional y se base en experiencias que escapan a la percepción normal para tomar decisiones de vida. El instinto está mal visto, y salirse del sistema y la norma es motivo para la reprimenda. En este entorno, poder conectarse con nuestra inteligencia espiritual se vuelve una tarea dificultosa.
Otro factor a tener en cuenta es que la inteligencia espiritual es algo mucho más sutil y menos palpable que la inteligencia mental, y es porque la inteligencia espiritual no es nuestra, sino que le pertenece al espíritu, y es gracias a que nos rendirnos a SU sabiduría que tenemos acceso a ella.
Para acceder a nuestra inteligencia espiritual es necesario dejar de lado, aunque sea por un momento, nuestra inteligencia mental y rendirnos a un poder más grande. Implica pasar la atención hacia adentro, a lo que estamos sintiendo y a nuestros impulsos instintivos, en lugar de utilizar la evidencia sólida y lógica que podemos ver con nuestros propios ojos. Confiar en lo desconocido, aunque sea nuestro propio ser interno, nos aterra.
PROPÓSITO
Sin la inteligencia mental, no podríamos cumplir coherente y eficientemente con nuestras tareas. Sin la inteligencia espiritual no tendríamos acceso a nuestro instinto y nuestra capacidad de lidiar de manera centrada y abierta con las situaciones, accediendo al poder de nuestro espíritu.
Yo creo que uno de los primeros pasos para dar más lugar a la inteligencia espiritual en nuestras vidas es aceptar que nuestra mente no tiene todas las respuestas. Cuando aceptamos que tal vez no conocemos la mejor manera de lidiar con determinada situación, se genera un silencio momentáneo en nuestra mente, producto de la incógnita. Este silencio abre un espacio en el campo de las posibilidades, en el que nuevas soluciones empiezan a tomar forma, sencillamente porque no nos estamos negando a verlas mediante refugiarnos en nuestras propias estructuras.
Podemos utilizar la inteligencia mental para concentrarnos, organizarnos y trabajar a la mejor de nuestras capacidades en un momento dado, mientras que nos permitimos momentos de silencio y búsqueda interna para reconectarnos con nuestra inteligencia espiritual, especialmente para lidiar con las relaciones interpersonales y la toma de decisiones, pero también para colaborar con el desarrollo de cualquier labor.
Esta pausa que otorgamos a nuestra mente, y en la que accedemos al terreno de las infinitas posibilidades mediante nuestro estado de silencio nos llevará, sin pensarlo demasiado, a mejorar la calidad de todas nuestras acciones, decisiones y expresiones, dando la posibilidad de que se expresen los anhelos de nuestro Ser interno, en la experiencia del día a día.
Por lo tanto, parece ser una necesidad conocer sobre este tema, los beneficios que le entregan al individuo para así incorporarlo dentro de nuestra práctica en salud mental y en colaboración con los grupos religiosos locales, responder a las necesidades de la comunidad en son del bienestar integral del individuo, particularmente su salud mental.
Está genial tu blog. Está muy bueno el diseño, aunque deberías buscar la manera de que no dijera "No hay ninguna entrada" en la página de inicio, eso puede ser un poco confuso para algunos. Y pudieras usar una letra más grande también, facilitaría la lectura.
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